¡Acá no se rinde nadie!

Recordando el movimiento provida argentino

En muchos países los cristianos ―y esto es aplicable al mundo provida y profamilia en general― sienten que somos minoría, que nunca seríamos capaces de ser tan convocantes como lo son las marchas feministas. Un pesimismo implantado por la lógica del “nunca se ha hecho”, por un complejo de inferioridad sin fundamentos reales. Pero revertir leyes como la del aborto es posible: se requiere estrategia y unidad, acompañada de un movimiento social amplio. Desde el norte nos mostraron que sí es posible: ya se cumplieron 2 años (mayo 2021) desde que en Texas se promulgó la “ley de latidos del corazón”, que dio origen al fallo que revocaría el precedente Roe v. Wade, que legalizaba el aborto en EE.UU. Frente al panorama hispanoamericano, vale la pena recordar lo que fue el movimiento provida argentino, verdaderamente inmenso, donde todas las organizaciones provida de distintas identidades se agruparon en torno al pañuelo celeste, símbolo de una causa común muy superior a cada una de ellas. Argentina fue un ejemplo, y siguió siéndolo incluso luego de la derrota, marcada por el lema “Acá no se rinde nadie”. Diversos testimonios recogidos por Suroeste nos recuerdan lo que fue la batalla por las dos vidas en dicho país.

El 6 de marzo de 2018, se presentó por primera vez en el Congreso de la Nación argentino el proyecto de Ley de “Interrupción Voluntaria del Embarazo”, que legalizó el aborto hasta las 14 semanas. Primero pasó por la Cámara de Diputados, que el 10 de abril empezó a debatir el proyecto en reuniones plenarias. Fue en este contexto cuando los movimientos provida empezaron a cobrar más fuerza. Se convocaron las dos primeras marchas por la vida masivas, una antes del comienzo del debate, el 25 de marzo ―día del niño que está por nacer―, y otra el 20 de abril, cuyo número fue realmente masivo, llegando a transformarse en el ejemplo del movimiento provida hispanoamericano.

Las dos marchas se caracterizaron por su masividad. Las calles estaban llenas de personas, pero sin ese carácter feo y violento tan propio de las marchas progresistas: las fotos y los testimonios muestran familias, niños, sonrisas. Pero en cada uno de esos argentinos se veía un compromiso firme, que permitió que las personas manifestaran con soltura ideas de sentido común. Álvaro Miquere, un joven arquitecto de la ciudad de Paraná, presidente de la Red de Familias, cuenta:

El aborto era un tema que, aunque la mayoría de la gente no había tenido nunca muy en cuenta, casi todos tenían en la conciencia un pensamiento que les decía que estaba mal, y aunque en general no era un pensamiento demasiado profundo, se sabía que se estaba asesinando a un niño. En base a esto se pudo empezar un trabajo.

Pero a pesar de todo ese empeño, el 12 de junio del 2018, con 64 votos a favor y 57 en contra, y luego de 15 sesiones expositivas, 738 expositores y tres sesiones donde se construyó un examen de consenso, el proyecto obtuvo dictamen en la cámara de diputados, y al día siguiente, el 13, se aprobó la media sanción de ley con 129 votos a favor, 125 en contra y 1 abstención. Se acordó que el 8 de agosto se votaría definitivamente en el Senado.

Ante esto, todos los movimientos y ONGs provida decidieron dar un impulso más fuerte todavía, y se empezaron a organizar cada vez más marchas y eventos a favor de la vida, siempre identificados con el pañuelo celeste, buscando que el proyecto se rechazara de una vez por todas. Y no solamente se vieron marchas en Buenos Aires, sino en toda la Argentina. Podemos tomar como ejemplo la provincia de Entrerríos: Pilar Toller, quién inició el movimiento Provida en la ciudad de Gualeguaychú junto a su esposo Walter Pereira, relata:

El día 20 de junio de 2018, que fue el día de la bandera en Argentina, vi que en Facebook se estaba convocando una marcha por la vida en la costanera, así que mi esposo y yo partimos para allá, pero solo fuimos un grupito de menos de veinte personas. Así que los pocos que asistimos, todos de iglesias evangélicas menos mi marido y yo, decidimos mantener el contacto y organizarnos, y a partir de ahí empezó este grupo que se unía y organizaba para marchar por la vida. Y de hecho, muy poco tiempo después,  el 9 de julio, conseguimos armar una marcha mucho más grande, a la que ya fue mucha más gente, ya que conseguimos mucho más y mejor material para promoverla y difundirla, en buena parte gracias a la ayuda de las iglesias evangélicas.

Desde ese momento, empezaron a organizarse muchas marchas más. El 4 de agosto se celebró un gran evento provida, donde participó muchísima gente, y el grito “sí a la vida” se hizo escuchar por toda la capital federal. Luego fue el famoso 8 de agosto, en el que estuvimos bajo la lluvia esperando el resultado.

Efectivamente, el día 8 de agosto de 2018, tras 16 horas de espera, en las que el movimiento provida aguardó ansiosamente bajo la lluvia, se rechazó en el Senado el proyecto de Ley de Interrupción Involuntaria del Embarazo, después de una votación en que 38 legisladores votaron en contra, 31 a favor, y 2 se abstuvieron y hubo un ausente.

Pero lamentablemente el debate no terminó ahí. El proyecto fue finalmente aprobado el 30 de diciembre de 2020, para después ser promulgado el 14 de enero del año siguiente.

Pese a todo, el movimiento provida no ha bajado los brazos, y siguieron haciendo trabajos de difusión y de acompañamientos para ayudar a mujeres embarazadas, tal y como atestigua Toller:

Empezamos a usar las redes sociales, de hecho yo misma tuve que aprender a usarlas, para así poder hacer difusión a través de ellas. 

En el 2021, me tocó acompañar a una muchacha que quería abortar, y estuve dándole consejos, apoyándola en las situaciones que son marginales y que son situaciones feas, y bueno, finalmente no abortó, y el bebé pudo nacer en agosto del año 2021, y ahora es una hermosa niña.

Y bueno, en eso estoy, ayudando en lo que puedo, sabiendo siempre que todo aporte es importante, y que no hay que pensar que nuestra tarea es imposible, y que podemos triunfar.

Y en eso está la corriente a favor de la vida y en contra del aborto más importante de Sudamérica: no se ha rendido, y mientras tanto, ayuda en lo que pueda para preservar la vida. “Acá no se rinde nadie […]; este camino recién empieza”, dijo Lupe Batallán una vez que la ley fue aprobada. Ese quizás debería ser el lema del mundo provida latinoamericano, porque sabemos que hay esperanza: la historia es nuestra, porque, como decía Joseph Ratzinger, los católicos creemos en un “amor [que es] más fuerte que la muerte”.

Nota: Agradecemos a la diputada argentina Carmen Toller, quien nos ayudó a obtener múltiples testimonios para elaborar esta nota sobre el movimiento provida en la Provincia de Entre Ríos.