2024 07 familia 1

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Los vínculos familiares como fundamento para un desarrollo sano de los niños

“Nos vinculamos muy fuerte como familia”. Esta frase es parte de la experiencia que contó una madre hablando de su hijo de 15 años en el reportaje “Pubertad interrumpida”, de Sabine Drysdale, sobre el tratamiento de niños con disforia de género en Chile. Su historia comenzó cuando un día su hijo, a través de una carta, le dijo que era una mujer, y pidió que lo llevaran a un endocrinólogo para comenzar su transición hormonal. El testimonio recoge la sorpresa, angustia y preocupación de unos padres que no entienden lo que les dice su hijo, y su reacción por buscar lo mejor para él.

El amor paterno que busca el bien de su hijo es sólido cuando se construye cotidianamente.

Si nos ponemos en los zapatos de esos padres, confundidos por lo que les cuenta su hijo, desconcertados frente a la presión de los médicos, comprenderemos que no debe haber sido una decisión fácil. Ningún padre es perfecto. Todos cometen errores. Todos quieren y buscan lo mejor para sus hijos. En ese camino de crianza y educación, ante un mundo que parece que avanza tan rápido que uno quisiera bajarse, ¡por supuesto que puede ocurrir que padres confundidos y atemorizados tomen decisiones equivocadas! Incluso podemos decir que es bastante frecuente: la mayoría de las veces no pasará nada. Tampoco es positivo ver a los padres como seres infalibles que definen el futuro de sus hijos (entre otras razones, porque los verán más como un producto propio que como un regalo que desde su propia individualidad puede desarrollarse). Pero hay errores que son más gordos… y que exigen una rectificación profunda.

Siempre se puede corregir el rumbo. Por supuesto que es más difícil si el hijo se opone, o si el psicólogo denuncia, o si el entorno “cancela”. El amor paterno que busca el bien de su hijo es sólido cuando se construye cotidianamente. En las circunstancias difíciles que enfrentan cientos o miles o decenas de miles de padres alrededor del mundo con hijos que les dicen que se sienten del sexo opuesto, el amor paterno debe ser audaz. Y quizás la mejor manera de expresarlo ―sin excluir por eso los medios que proporcionan la psicología y la medicina de personas con criterio― es la de “vincularse fuertemente como familia”, como señalaba el testimonio desgarrador de esa madre.

Una vez que se ha discernido qué hacer, se debe actuar rápidamente. Habiendo claridad en el diagnóstico, los medios no pueden ni deben esperar.

¿Por qué fortalecer los vínculos familiares es una decisión de un amor paternal audaz en este tipo de situaciones? Porque solidificar el vínculo apunta hacia la dirección menos esperada, a la menos sofisticada, a la más simple, a la menos “épica” o “heroica”, a una que depende solo de la gratuidad. La audacia [1], como dice Monseñor José Ignacio Munilla, aumenta a medida que es manifestación del amor. Los padres no son audaces por ser psicológicamente osados, sino porque hay alguien que es amado y que debe ser defendido: por saber mirar a su hijo. Son audaces por hablar directamente con él, por escucharlo, por buscar generar ocasiones familiares de trato personal, de aventuras al aire libre y actividades juntos en casa.

Por supuesto que en este tipo de casos ―tremendamente complejos― nunca se trata de una decisión irreflexiva ni de soluciones mágicas de efectos inmediatos. Los padres deben analizar los elementos en juego, y tomar las medidas médicas y psicológicas pertinentes, pero nunca se debería dejar de lado que se trata de su hijo, y que lo mejor para él pasa también por encontrar un entorno familiar adecuado. Por eso, una vez que se ha discernido qué hacer, se debe actuar rápidamente. Habiendo claridad en el diagnóstico, los medios no pueden ni deben esperar. Es necesario que haya un discernimiento, porque el que de forma imprudente se expone a toda suerte de peligros, no es audaz, sino un temerario, porque da a entender que cualquier cosa es más importante que su integridad personal, lo que es un error. En efecto, la audacia considera que aquello a lo que se enfrenta se puede superar. No se trata de un obstáculo insuperable y, como señala Klaus Droste, solo se es audaz ante la esperanza del triunfo.

Es conmovedor el camino del amor familiar que toman los padres. Apuestan por ellos mismos, por lo que han construido con sacrificio y alegría, por un amor fundado en roca. Un amor capaz de darlo todo por los hijos.

Autor: Roberto Astaburuaga

Abogado, ONG Comunidad y Justicia (Chile)

Notas

[1] No debe confundirse esta acepción de la palabra “audacia” con la “temeridad”, extremo vicioso por exceso. Monseñor Munilla alude, más bien, a la valentía.

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