
marzo 24, 2023• PorConstanza Schneider Arredondo
25 de marzo: día del que está por nacer
“Un país que acepta el aborto, no le enseña a su gente a amar,
sino a utilizar violencia para conseguir lo que quieran.
Es por esto que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto”
Santa Teresa de Calcuta
El debate sobre el aborto ha estado presente en la sociedad actual durante décadas, aunque, sin duda, se ha intensificado en los últimos años. Este debate no se encuentra sólo en el plano biológico o filosófico, sino que también se han plasmado las distintas posiciones a través de manifestaciones artísticas.
Tanto en casos de aborto espontáneo como provocado, hay una tragedia, una muerte. Esa dramática realidad ha sido invisibilizada por los grupos proaborto.
En este sentido, la música, en particular, es una plataforma que da voz a mujeres que han aprovechado de plasmar sus experiencias de aborto. Por ejemplo, Beyoncé escribió Heaven en 2014, dedicada al hijo que perdió por un aborto espontáneo, en su sentida letra le dice “Heaven couldn’t wait for you” (El cielo no pudo esperar por ti). En 1991, Sineád O’Connor escribió “My special child”. Ella se encontraba en una situación similar, pero con una diferencia fundamental: su aborto fue provocado. En esta canción, cuenta su experiencia abortando y, aunque fue su propia decisión, demuestra que la experiencia es igualmente dolorosa. Así, la cantante relata “And I miss my little boy/ To feel his hands around my face/ His loving eyes/ Would be so right”. (Y extraño a mi pequeño niño, sentir sus manos en mi cara, sus amorosos ojos, habría sido tan correcto).
Desde el año 2013 se celebra por ley en Chile el Día del que está por Nacer y la Adopción, cada 25 de marzo. Sin duda es un día de suma importancia para quienes defendemos la vida desde la concepción hasta la muerte natural, porque refleja una de nuestras mayores convicciones.
De esta forma el arte demuestra que, tanto en casos de aborto espontáneo como provocado, hay una tragedia, una muerte. Esa dramática realidad ha sido invisibilizada por los grupos proaborto, quienes argumentan que el terminar con la vida del no nacido es una solución a los problemas de la mujer, una herramienta de empoderamiento. Justamente por eso, quienes defendemos la vida promovimos la iniciativa que buscaba reconocer al niño que está por nacer y darle un día especial para reflexionar y promover la cultura provida.
Desde el año 2013 se celebra por ley en Chile el Día del que está por Nacer y la Adopción, cada 25 de marzo. Sin duda es un día de suma importancia para quienes defendemos la vida desde la concepción hasta la muerte natural, porque refleja una de nuestras mayores convicciones: la vida de quien está en el vientre materno es igual de valiosa que aquella vida fuera de él y, por tanto, merecedora de protección. Por lo mismo, no es baladí que se hable del “niño no nacido”: este ser humano es otro niño más, solo que en una etapa diferente de la vida. No se trata, entonces, de una persona en potencia o de una “futura persona”, sino que es propiamente un ser humano que, en términos biológicos, existe desde el momento mismo de la unión de los gametos masculino y femenino.
Tal despliegue de masas es inflado artificialmente por el apoyo de mujeres de buenas intenciones que apoyan al movimiento feminista ignorando, o queriendo ignorar, que sus consignas atentan contra la existencia de millones de mujeres: aquellas que aún no nacen.
Es así como cada 25 de marzo miles de personas celebramos la vida del que está por nacer. Sí, celebramos porque, como dice Tolkien, “donde hay vida hay esperanza”. Por eso, aprovechamos este día para recordar el deber de defender los derechos de los seres humanos más indefensos, frente a quienes atentan contra su vida. Tan solo hace unas semanas, con motivo del Día de la Mujer, cientos de mujeres salieron a la calle a protestar por un mal llamado “derecho al aborto”, el que, por cierto, no existe ni puede existir, ya que nadie tiene derecho a disponer de la vida de un ser humano inocente.
Tal despliegue de masas es inflado artificialmente por el apoyo de mujeres de buenas intenciones que apoyan al movimiento feminista ignorando, o queriendo ignorar, que sus consignas atentan contra la existencia de millones de mujeres: aquellas que aún no nacen. Así, la defensa de la vida en la discusión pública es cada vez más difícil de articular, sea por el fuerte despliegue de quienes directamente proponen un supuesto “derecho al aborto”, o por quienes no actúan para detener al primer grupo, y por el contrario, las apoyan sosteniendo que es posible un “feminismo provida”, por minoritaria que sea esta posición.
El 25 de marzo no es sólo la fecha para celebrar la vida y la adopción, sino que nos ayuda a reflexionar sobre la causa provida en el último tiempo, que cuenta con varios hitos. Comenzando por los negativos, la aprobación del aborto hasta las 24 semanas en Colombia, la aprobación de la nueva ley de aborto en España, el intento de Emmanuel Macron de consagrar el “derecho” al aborto constitucionalmente en Francia y, principalmente, el intento cada vez más descarado de legalizar el aborto libre en Chile, a pesar de la promesa de que el aborto sólo se aprobaría para las tres causales. Pero existen hitos positivos que permiten mirar con más esperanza el futuro, como la iniciativa popular de norma constitucional presentada por Siempre por la Vida junto a Comunidad y Justicia, que buscaba consagrar el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y que alcanzó más de 20 mil firmas, demostrando que las ideas provida no están olvidadas en Chile, o la ley mortinato, que hoy es una realidad. Adicionalmente, se rechazó el aborto libre en Chile, en el proyecto de ley y en el proyecto constitucional que contenía la “interrupción del embarazo”.
Pero quizás la mejor noticia en materia de derecho a la vida viene desde Estados Unidos, donde la Corte Suprema dejó sin efecto el precedente jurisprudencial de Roe v. Wade, que permitía el aborto en todo el país como un derecho amparado por protección a la intimidad (privacy) reconocida por la Constitución (aunque dicho texto nada dice sobre la posibilidad de terminar con una vida). Este es un gran ejemplo de trabajo persistente de las organizaciones provida, que durante décadas no claudicaron ante el complejo panorama que se vivía en el país, donde las grandes organizaciones abortistas no solo cuentan con una poderosa influencia cultural, sino que ven en la causa provida un obstáculo de sus perversos negocios. Así, a pocos días de conocerse el fallo, diversos estados comenzaron a modificar sus leyes para restringir el aborto y prohibir el funcionamiento de clínicas abortivas.
De lo acontecido durante los últimos años en el mundo es posible concluir que tenemos dos caminos completamente diferentes ante la cuestión del aborto.
En primer lugar, podemos seguir la vía española, en que cada vez que se pierde una batalla se da por perdida la guerra, dejando que las ideas abortistas ganen terreno en la opinión pública y la legislación. Así, al aprobarse un aborto restringido, muchos de quienes dicen defender la vida, –salvo honrosas, pero escasas excepciones– se rinden ante la idea del aborto libre y canalizan sus esfuerzos en defender otras ideas aparentemente más populares. El caso español es paradigmático: el Partido Popular en los años 2008-2010 rechazó e impugnó constitucionalmente la legislación de aborto en España. Recién este año el TC español se pronunció desechando el recurso del PP, ante lo cual su líder afirmó que efectivamente el aborto era un derecho, pero no “fundamental”. Es decir, de la oposición frontal a la rendición más lamentable.
En segundo lugar, la otra opción es la vía estadounidense, es decir, seguir defendiendo la vida aunque el panorama sea adverso y las ideas contrarias parezcan primar. Es innegable que en Estados Unidos las organizaciones y activistas provida jugaron un rol importante para revertir Roe v. Wade lo que tomó décadas de incansable trabajo y, sin duda, ese es el camino que debemos tomar en Chile.
No podemos aceptar que un grupo radicalizado, altamente organizado y muy bien financiado se arrogue una superioridad moral para hacerse escuchar más fuerte y vulnere los derechos del más débil.
La despenalización del aborto en tres causales es una realidad en nuestro país y, ante ella, parecen replicarse las realidades española y estadounidense comentadas: algunos prefieren cambiar de tema en el debate público, mientras otros seguiremos denunciando incansablemente el profundo error que es el aborto y legalización. Ciertamente las causales de despenalización han sido un fuerte retroceso en la comprensión general de la dignidad humana y afectan la vida de muchas mujeres en situaciones difíciles y de niños por nacer. No deja de ser una mala noticia que cada vez que existe una oportunidad se busque consagrar el aborto como un “derecho” de las mujeres, ya que, mientras más se relativice la importancia de la vida del que está por nacer, más probable es que logren su cometido: el aborto libre como un “derecho reproductivo” de las mujeres. Por ello, nuestro trabajo es que dicho sufrimiento, al menos, no se extienda. Pero no debemos contentarnos con eso, porque un retroceso de las leyes de aborto es un claro y excelente avance en humanidad y justicia.
No podemos aceptar que un grupo radicalizado, altamente organizado y muy bien financiado se arrogue una superioridad moral para hacerse escuchar más fuerte y vulnere los derechos del más débil. No podemos conformarnos ante la cultura que elige la muerte antes que la protección y acompañamiento de quien más lo necesita, ni tampoco podemos ceder en nuestras ideas ante la fuerza de una ola verde que cree poder quitarle a la mujer aquello que la caracteriza: la protección de la vida que ella misma forma desde su vientre.
Así las cosas, la situación actual de Chile debe motivarnos a trabajar con más ánimo por proteger a quienes más nos necesitan. Así como en Estados Unidos se logró revertir un fallo que durante casi 50 años permitió la muerte de millones de niños inocentes, en nuestro país se debe impedir el avance del aborto libre y, aún más, revertir las causales de despenalización del aborto, para que ningún niño muera por las circunstancias en que fue concebido ni se deje en manos de médicos la decisión de quien vive y quien muere.
En Chile, muchas personas defendemos la vida, pero ya no se debe hacer desde un silencio que muy fácilmente puede volverse cómplice de legislaciones permisivas de aborto, sino que es imperativo que proliferen las voces que se alzan en favor de los más vulnerables. La defensa de la vida debe ser uno de los motores de la sociedad y reflejarse en acciones y políticas públicas concretas.
Sin embargo, este trabajo requiere de una gran inteligencia, pues, por la importancia de lo que está en juego ―la dignidad de la persona― no nos debemos pensar como una minoría, sino que aún hay esperanza, porque miles de personas en Chile, sobre todo jóvenes, trabajan día a día para construir una mayoría social provida y hacer de Chile un país en que verdaderamente se proteja la vida desde la concepción hasta la muerte natural. No olvidemos que, de un modo misterioso ―por un orden mayor que nos supera― no sabemos cómo, pero, como dice Lewis, “de alguna manera la vida acaba venciendo” siempre. Si el triunfo no es de la muerte, es de la vida.
Finalmente, es claro que la defensa de la vida no es solo revertir el aborto, sino que también exige velar por mejores medidas de acompañamiento a las madres con embarazos vulnerables, establecer políticas profamilia y promaternidad, preocuparnos por las condiciones laborales y académicas de las madres, dar facilidades para que padres y madres puedan criar a sus hijos y mejorar el sistema de adopción en Chile, para que todo niño sea amado y protegido por sus padres. En definitiva, debemos estar presentes en cada etapa de la vida que necesite nuestro apoyo y velar por proteger a toda persona que atraviese un momento difícil. Solo así lograremos una sociedad verdaderamente humana que no abandone a ninguno de sus integrantes.
Autora: Constanza Schneider Arredondo
Presidente Siempre por la Vida
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Last modified: octubre 20, 2023