2023 11 Generacion Idiota

by

Agustín Laje (2023): «Generación Idiota»

El argentino Agustín Laje se define a sí mismo como un “intelectual comprometido”. Esta doble condición queda de manifiesto con nitidez en Generación Idiota: Una Crítica al Adolescentrismo: por un lado, el autor exhibe un gran manejo de autores y citas, demostrando un conocimiento cabal de los temas que aborda; por otro, resulta evidente que lo hace desde una posición claramente crítica y conservadora. Laje se atreve a decir lo que otros no, pero lo hace con un tono militante y una prosa llena de adjetivos que elude los matices, la ponderación y la duda razonable. La que proclama es una verdad desprovista de caridad que no da cuartel ni tiende una mano a sus adversarios. El autor no se dirige a ellos, sino que predica a los conversos.

El idiota es aquel que solo va a lo suyo, desentendiéndose de la vida comunitaria en la polis y en un estado de continuo ensimismamiento. No le importa prepararse ni formarse, pero aun así opina de todo y exige respeto y valoración por aquello que expresa.

Laje ataca sin contemplaciones al idiotismo actual. Señala que mientras en la era premoderna se valoraba al viejo por su sabiduría y experiencia, y en la modernidad al adulto emancipado por su capacidad de responder de sí mismo, la actualidad posmoderna vive en un “rulo adolescente”: una juventud que no transita a la adultez, sino que permanece en un estadio de desarrollo inconcluso e indiferenciado. Es el adolescente el que fija la cultura actual, en especial a través de las tecnologías digitales y sus aplicaciones, prefiriendo lo nuevo sobre lo viejo, el cambio sobre la estabilidad, lo fresco, vital y espontáneo en lugar de lo tradicional, adulto y reglamentado.

“La generación idiota es el núcleo de la sociedad adolescente”, sostiene. El idiota es aquel que solo va a lo suyo, desentendiéndose de la vida comunitaria en la polis y en un estado de continuo ensimismamiento. No le importa prepararse ni formarse, pero aun así opina de todo y exige respeto y valoración por aquello que expresa, por muy insensato que sea. Desconoce sus límites y cuenta con aparatos digitales para difundir su ignorancia presentista que ignora el pasado y se despreocupa del futuro. Es narcisista y emocional, siempre dispuesto a descalificar a quien no adhiera a sus sentimientos y a rechazar como poco empáticos los juicios de otros. Su existencia transcurre en un vacío de sentido, un absurdo posverdadero, posnacional y posmoral que carece de grandes referencias como la tradición o la religión y se conforma con minirrelatos (ambientalismo, veganismo, feminismo, derechos de las minorías sexuales y raciales, etc.). La superficialidad del idiota lo lleva a subsistir en una permanente e irreductible crisis de identidad: se pregunta quién es, pero, como no logra avanzar a la adultez desde su eterna adolescencia, es incapaz de responderse.

La generación idiota trata de distraer su angustia existencial a través de distintos mecanismos. Recurre a la moda como medio para rescatar una identidad extraviada; a la farándula para satisfacer su ímpetu por “aparecer” y ganar 15 minutos de fama; a las tecnologías digitales como herramienta de expresión y distracción esclavizante. Su expresión es ubicua: se encuentra presente en la familia a través de padres que han perdido la autoridad e hijos que recurren a la pose aleccionadora de Greta Thunberg para sermonear a sus padres; en los medios de comunicación que promueven la cultura posmoderna; y en una educación liviana que solo satisface deseos y ha dejado de creer en el deber y la responsabilidad. También en un Estado-niñera que se aprovecha del atomismo y el individualismo para narcotizar a una sociedad donde los jóvenes y la izquierda se creen rebeldes, pero en realidad no son más que borregos funcionales al sistema.

La descripción de este conjunto de fenómenos y la relación que Laje establece entre ellos deja poco espacio a la duda acerca de los tiempos que corren. Aunque el autor utiliza un lenguaje que a ratos suena cansador por su pesimismo y dureza, el análisis que ofrece es poderoso y coherente.

Su rechazo no es el del nihilista posmoderno, sino una búsqueda de las raíces, la historia, la virtud y los principios permanentes.

Donde sí resulta cuestionable su postura es cuando se deja llevar por su compromiso ideológico y sugiere que la redención ante el idiotismo solamente puede encontrarse en la derecha. Como la izquierda se ha vuelto hegemónica, sostiene, ya no puede ser rebelde. Ese rol le cabe ahora a la derecha, defensora de la libertad, la familia, la patria, la historia y la tradición. Cuesta creer que, si lo que está describiendo es una “marca transgeneracional” que abarca a sociedades enteras, los militantes y adherentes de la derecha política sean inmunes a sus efectos. Ello equivale a sostener una superioridad moral e intelectual que parece más propia de las izquierdas que él critica en el libro. La mirada sin matices de Laje le impide también distinguir vertientes en la derecha, pese a que él mismo parece hablar a la vez de liberales conscientes, socialcristianos, conservadores y nacionalistas que no siempre conviven bien. Tampoco advierte que muchos en la derecha se han adaptado al sistema y están felices dentro de él. El autor no está para sutilezas.

La solución que recomienda para superar la idiotez ambiente es “irse al bosque”, como propuso el alemán Ernst Jünger hace siete décadas en La Emboscadura. Según Laje, el emboscado de Jünger “es la función inversa del idiota ‘deconstruido’ representado por el progresista contemporáneo”. Su retiro “es una metáfora de resistencia y libertad”. Se trata de un defensor de “la propiedad, la familia y la patria”. Su rechazo no es el del nihilista posmoderno, sino una búsqueda de las raíces, la historia, la virtud y los principios permanentes. Lo que le da actualidad y fuerza a su postura es que él es hoy “el rebelde que resiste”, porque ha pronunciado la frase que nadie más se atreve a proferir: “Yo he dicho no”.

Generación Idiota es un buen libro que pudo ser mejor si el autor hubiera optado por bajar la intensidad y permitirle al lector una pausa para reflexionar. Es material para el debate acalorado, no para la discusión relajada. Laje se siente cómodo en el conflicto cultural con el progresismo y este volumen refleja con claridad los argumentos que usa para brillar en ese ambiente áspero donde no se concede nada al adversario.

Autor: Juan Ignacio Brito

Académico de la Universidad de los Andes (Chile)

portada generacion idiota agustin laje

Generación Idiota

Agustín Laje

HarperCollins Mexico

2023

Síguenos:
(Visited 354 times, 1 visits today)

Comments are closed.